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Yo he visto que el necio echaba raíces,
y en la misma hora maldije su morada.
Sus hijos carecerán de socorro:
en la puerta serán quebrantados
y no habrá quien los libre.
Su cosecha se la comerán los hambrientos,
sacándola de entre los espinos;
y los sedientos se beberán su hacienda.

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